El albergue, que habitualmente acoge a hombres migrantes procedentes de Centroamérica, en estos días llegó a alojar a 77 personas -incluidas mujeres y niños-, en su mayoría haitianos.
Los albergues de la Ciudad de México están sobrepasados por la ola de haitianos que llegaron durante las últimas semanas como reflejo de la crisis migratoria que vive la región, y sus encargados piden a las autoridades sensibilidad y apoyo ante esta inusual situación.
«A mí me da mucha tristeza que el Gobierno de la ciudad no haya sido sensible ante esta avalancha de personas haitianas», dijo a Efe Gabriela Hernández, directora de Casa Tochan, uno de los albergues de la capital para los que las últimas semanas han sido extremadamente complicadas.
Casa Tochan se encuentra en el oeste de la Ciudad de México y, en un espacio laberíntico, lleno de escaleras y bastante reducido, han logrado dar a decenas de haitianos un lugar donde dormir, comida, asesoramiento y hasta clases de español para ayudarlos con su integración en el país.
«Todo se tuvo que convertir en dormitorios», dijo la directora.
Ahora hay 49 personas, entre ellos más 30 haitianos.
A mediados de septiembre, miles de migrantes irregulares, en su mayoría de Haití, quedaron retenidos por las autoridades estadounidenses en un campamento improvisado bajo el puente internacional que une Del Río (Texas, EE.UU.) con la mexicana Ciudad Acuña, en Coahuila, siendo en su gran mayoría posteriormente deportados.
Mientras, varios miles llegaron a otras ciudades del norte del país y también hasta la capital mexicana buscando la posibilidad de quedarse de manera provisional en México ante las dificultades que viven sus compañeros que tratan de cruzar a Estados Unidos.
Por ello, los albergues de la capital, que pertenecen a varias ONG, vivieron desde las últimas semanas de septiembre la llegada masiva de personas originarias de Haití que necesitan un lugar donde residir mientras esperan a que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) resuelva sus solicitudes.
«Ahorita estamos viendo que las personas vienen a solicitar refugio, no vienen por unos días o una semana, vienen a esperar el trámite y depende del Gobierno que este se acelere o no», contó Hernández.