Más de un centenar de personas se congregaron frente al Palacio Nacional, en protesta contra la obligatoriedad de la vacuna anti Covid-19.
Lanzando consignas que rezaban “no a la vacuna obligatoria, si vivimos en libertad, ¿por qué nos quieren obligar?”, los manifestantes criticaron que a las personas que aún no se han inoculado contra el coronavirus, no los quieren dejar usar el Metro, el teleférico, ingresar a las universidades y otros espacios.
La protesta fue convocada por el dirigente político y pastor Carlos Peña, quien manifestó su oposición a las medidas dispuestas por el Ministerio de Salud Pública, y reclamó el derecho a la libertad que tienen todos los dominicanos de transitar libremente.
Los manifestantes están integrados por el movimiento Los Hijos de Duarte, así como pastores y personas independientes, quienes aseguraron que nadie los hará vacunarse, porque no son ratones de laboratorio.
La señora Gladys Félix informó que depositaron un recurso de amparo de emergencia, para que el Dominico Americano le permita graduarse a un joven a quien le impiden recibirse, porque no tiene la vacuna.
Dijo que en el país les están violentando todos los derechos a las personas que no quieren vacunarse.
Informó que van a instalar un campamento permanente frente a la Casa de Gobierno, hasta que el presidente Luis Abinader levante las restricciones referentes a la vacuna contra el Covid.
De su lado, Marlene Abreu dijo que lo único que piden es que los dominicanos que no quieren vacunarse les den la libertad de hacer una vida normal, como los que se han vacunado, porque tienen derecho al libre tránsito.
Dijo que su negativa a recibir las vacunas es que son experimentos que nadie se hace responsable de los daños que puedan causarles a los seres humanos.
De hecho, algunos de los manifestantes se atrevieron a decir que ese virus lo lanzaron desde el aire por avión y que ahora usan a los seres humanos como conejillos de Indias, para hacer experimentos sin explicarles las razones.
Otros arremetieron contra la prensa dominicana y se atrevieron a decir que está vendida al Gobierno.
Uno de ellos fue Elvis Samuel Méndez, quien dijo ser quiropráctico, y dejó bien claro que ni él ni sus hijos se inocularán. Dijo que sus hijos nunca han sido vacunados, porque no los presta a experimentos.
Explicó que la disposición entorno a la vacuna es una dictadura, tras agregar que no se opone a que el que se quiera vacunar, lo haga.