Aunque lo parezca, esta escena de devastación no es el resultado de un bombardeo. Estamos en San Pablo Xochimehuacan, en el céntrico estado mexicano de Puebla, y esto que ven es la destrucción provocada el domingo por la explosión de un gasoducto debido a una toma clandestina para robar combustible.
Además de un muerto, este lunes catorce personas seguían hospitalizadas, algunas con quemaduras muy graves. Las viviendas dañadas se cuentan por decenas.
«Hoy tenemos catorce pacientes hospitalizados. Ocho graves. Dentro de ellos,cinco intubados. Se consideran clínicamente como gran quemado, son pacientes muy muy graves__», explicó José Antonio Martínez García, secretario de Salud del estado de Puebla.
«Hasta el momento se han identificado 45 viviendas colapsadas o con daños estructurales graves. Tenemos 32 viviendas con daño estructural moderadoy 107 viviendas con daños superficiales», informó por su parte la secretaria de Interior, Ana Lucía Hill Mayoral.
Este lunes comenzaron los trabajos de desescombro en la zona cero del accidente, así como las investigaciones. La explosión o, mejor dicho, la sucesión de tres explosiones de gran magnitud, se produjo el domingo de madrugada. Antes, un fuerte olor a gas alertó a los vecinos y permitió evacuar a cientos de ellos.