El mayor general Eduardo Alberto Then, director general de la Policía, advirtió ayer de que los grupos delictivos serán enfrentados firmemente como “palomas en zinc caliente”, adelantando que ya concedió autoridad a sus agentes para enfrentarlos y que habrá consecuencias para quien agreda o mate a un policía.
También, el titular de la Policía abordó asuntos como la secuencial corrupción interna y la reconciliación entre la sociedad y el ente policial, cuestiones clave hacia los que enfoca su gestión.
Este y otros tópicos son parte de un hilo de temas tratados ayer con el alto rango policial durante el Desayuno de Listín Diario, en el que participaron su director, Miguel Franjul; el subdirector, Fabio Cabral; Manuel Corripio y Héctor Rizek, presidente y vicepresidente de Editora Listín Diario, respectivamente, y Guillermo Pérez, periodista editor de este diario.
Sobre su riguroso plan de acción contra el delito, el general Then recalcó que esa es “mi mano dura”, destacando que “predico con el ejemplo y llamo a los ciudadanos a comprenderlo, desde el chiquito hasta el más grande”.
“El señor presidente de la República suele decir que nadie está por encima de la ley, y esa es toda y la absoluta verdad”, comentó.
Insistió en que su gestión impondrá el respeto a la ley y los policías tendrán la autoridad para eso, pero ha dejado claro que esto ocurrirá “respetando los derechos humanos”, y que “la mejilla del policía solo estará puesta para la reconciliación con la sociedad buena”. “No voy a permitir que me golpeen o maten un policía, pero tampoco que el policía agreda o viole los derechos de un ciudadano”, precisó, volviendo a insistir en que esa será “una reconciliación entre sociedad y policía, para el cumplimiento absoluto de la ley”.
“Esa es la verdadera reforma integral de la policía y nosotros no vamos a fallar en eso”, dijo en tono enfático el general Then.
“La población sabe contra quién pide mano dura; yo defiendo a la gente seria y responsable; yo recibo, y lo digo con responsabilidad, más informaciones de la sociedad que de la policía, porque la he acostumbrado”, agregó.
“No tengo que tocar a un ser humano para violarle sus derechos, pero cuando comete un ilícito o viola las leyes, esa persona va a tener problemas con la justicia”, declaró Then.
Lo que este oficial no quiere es que se persiga a un ciudadano “porque un policía crea que es una presa”, o que lo detengan “para entonces chantajearlo; eso va a pasar a la historia” .
Se necesita, dice, manejar la in teligencia emocional de todos y dialogar con la gente. “Hay que revisarlo todo. Aquí va a haber que hablar, todos, el mismo lenguaje. Una sola orientación, una sola ley, un sólo reglamento y un código por el que nos vamos a regir todos”, expuso.
Luego, advirtió: “Es ahí donde está la dureza del comandante Then. Yo no dejo pasar violaciones por alto, desde mi posición no se apoya la delincuencia”.
“Vamos a reconocer los errores, de parte y parte, pero el primer error lo tenemos nosotros, porque no nos ganamos el respeto de la sociedad. Si a mi nadie me falta el respeto, si me obedecen, entonces yo me he ganado el respeto de la sociedad”, subrayó.
Cada policía, dijo, desde el raso hasta el general, “debe ganarse el respeto primero y esa sociedad va a acudir al policía como si fuera un hermano”.
Como autocrítica, el general Then acepta que en el cuerpo policial “no queremos reconocer que somos servidores públicos, porque lo que queremos demostrarle es que somos jefes de la sociedad, pero solo tenemos rangos para distinguir la jerarquía de nosotros, con disciplina”.
“No voy a ser vergüenza de mi país, de mi familia ni de nadie”, advierte el alto rango policial, y agrega: “voy a luchar porque la policía sea una institución creíble, confiable, que todos estemos orgullosos”.
Ha apelado a la compresión del desarrollo de este proceso, al señalar que una reforma policial “se toma su tiempo”.
“Todas las reformas policiales han durado más de 10 años, porque estas se hacen a base de manejo e inteligencia, para llegar a los ciudadanos con el respeto que se merecen”, anota.
Todos los casos, desde los recientes hasta los encontrados en archivo, tendrán un seguimiento riguroso, dijo el general Then. “Les estamos quitando el polvo”, indicó.
Se refirió a casos de ciudadanos que “están viviendo un infierno” en sus hogares “poque le mataron un hijo o una hija y no se les ha dado una respuesta”.
Pero sintió conformidad, en parte, porque “lo más bello, y eso es lo mas bello que yo he visto, es cuando le devuelvo la paz y la tranquilidad a esas familias que, aunque no recuperan a una persona, se les lleva paz al ver que se hizo justicia y el criminal terminó en la cárcel”.