A casi 20 días de vigencia de la resolución 00048 que dispone que el certificado de vacunación sea requisito indispensable para ingresar a centros comerciales, tiendas, restaurantes, gimnasios y otros, algunos establecimientos ya han olvidado la medida o parecen hacerle caso omiso. En un recorrido cerca del mediodía, periodistas de Listín Diario fueron testigos de la falta que se comete a la disposición en dos plazas comerciales, cuatro supermercados y un restaurante, ubicados en el Distrito Nacional.
Sólo cuatro de los 10 lugares visitados en total acataban el reglamento al pie de la letra impuesto por el Ministerio de Salud Pública.
“Yo conozco a todo el que entra a la plaza. Esas personas que entraron algunas trabajan en los locales de aquí… por eso no le pido la tarjeta, porque ya los conozco, pero sí lo hago con los que veo extraños”, fue lo que expresó un empleado de seguridad de uno de los centros comerciales más concurridos a nivel nacional, al cuestionarle sobre la falta de solicitud de certificado de vacunación para el ingreso a la plaza.
En otra de las plazas, se solicitaba la tarjeta en sus dos entradas principales y eran muy estrictos con la toma de la temperatura; sin embargo, cuando se trataba de acceder a la plaza por medio de los paqueos subterráneos, todos podían ingresar sin previa revisión.
En el mismo centro comecial, reporteros de este medio permanecieron por 10 minutos, al menos 27 personas entraron, y a ningunas se les pidió la certificación con las dosis de la vacuna contra el Covid-19. En otros no existía una coordinación con los empleados en las entradas.
En los supermercados se daba una situación muy peculiar… “de los ciudadanos no tener iniciativa propia para mostrar su tarjeta, el personal de seguridad no se molestaba en solicitarla”.
Cuando ciudadanos se dirigían a la entrada, mientras caminaban iban sacando de sus bolsillos, carteras, o simplemente tenían en manos o el cuello como accesorio, su tarjeta de vacunación. Esto relajaba el trabajo del personal de seguridad “que no se molestaba en pedirla”.
En otros no existía una coordinación con la distribución de los empleados en las entradas.
Uno de los locales que posee más de tres entradas principales, pedía la certificación en una puerta, haciendo que las demás quedaran libres para que todo el que quisiera ingresara sin presentar el requerimiento.
Había plazas comerciales que estaban cumpliendo estrictamente con la media. Sus empleados estaban apostados en las entradas y tomaban la temperatura corporal de las personas que trataban de ingresar, exigían la presentación de la tarjeta de vacunación en formato impreso o vía celular y rociaban con alcohol las manos de todos los ciudadanos.