Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ El congresista Adriano Espaillat mostró su rotunda oposición a los centros de consumo de drogas abiertos por la alcaldía en el Alto Manhattan y Harlem, zonas dentro del distrito 13 que representa en el congreso de los Estados Unidos, y pidió al alcalde Bill de Blasio reubicarlos en los hospitales públicos y lejos de viviendas, iglesias, asilos de envejecientes, escuelas y viviendas.
El congresista, en una entrevista anoche por teléfono con este reportero dijo que habló con de Blasio para expresarle su oposición a la apertura de esos centros, aclarando que no está opuesto a los servicios que ofrecen, pero sí a los sitios donde están operando.
Se quejó de que la alcaldía a través del Departamento de Salud no consultó a las juntas comunales del Alto Manhattan y Harlem, a él ni a otros líderes y activistas para buscar con consenso.
En Harlem el centro de consumo está abierto en la calle 126 y aunque no se ha dado la ubicación exacta del situado en el Alto Manhattan, se cree que opera dentro del “Proyecto Esquina” (Corner Proyect) que funciona en el edificio 500 Oeste de la calle 180 en cuya entrada se identifica como “Star”, un grupo de activistas liderado por canadienses dedicado a proveer de kits para evitar la muerte por sobredosis a los adictos del Alto Manhattan que pululan los parques y las calles del barrio dominicano de Nueva York.
“Yo hablé con el alcalde hoy y le manifesté mi oposición no solamente contra el del Alto Manhattan, también el de Harlem (El Barrio) donde la situación es más crítica porque a lo mejor hay diez programas para proveer Metadona y otros servicios a personas con drogadicción”, dijo.
“Entrar otro componente más ahí, no solo es inapropiado pero le hace daño a las comunidades y no estoy diciendo que el programa no debe de existir pero en otros sitios que ellos determinen”, agregó Espaillat.
“Soy de opinión que el problema de la drogadicción es uno de salud que debe ser tratado en los hospitales y no en barrios residenciales cerca de escuelas y centros de envejecientes, sino en los hospitales públicos de la ciudad que no deben estar exentos o divorciados de una crisis de salud que está azotando a la ciudad por lo que deben ser parte íntegra de la solución a ese problema”, sostuvo.
“Dentro de los hospitales es que se debe tratar ese problema”, precisó Espaillat.
“¿Qué hace el alcalde ya en su salida de la administración en un mes (enero), tomando una medida de esta índole cuando realmente debe ser asumida por la nueva administración de Eric Adams?”, cuestionó Espaillat.
Indicó que el mismo Adams ha dicho claramente que ese tipo de iniciativa debe ubicar esos centros de consumo de drogas a través de la ciudad y no en el lomo de uno o dos tres vecindarios de Nueva York.
“Nosotros pensamos que la ciudad no debió haber tomado esta decisión ahora, que es seria. Entendemos que hay un aumento de las muertes por sobredosis y que la ciudad debe desarrollar una política pública dirigida a enfrentar el problema”, señaló el congresista.
“Pero debe ser la nueva administración que lo haga”, añadió quejándose de que la alcaldía no consultó a nadie para abrir los centros en el Alto Manhattan y el Este de Harlem.
El Proyecto Esquina fue enfrentado por algunos activistas comunitarios desde que se estableció en el Alto Manhattan, repartiendo los kits que facilitaron que cientos de agujas usadas para que los adictos se inyecten heroína, fentanilo y otras drogas líquidas.
El grupo recorre las áreas del Alto Manhattan con una unidad móvil a la que pueden acudir los enfermos en busca de los dispositivos con el rechazo de la comunidad.
El proyecto instaló cabinas en el interior del edificio a las que los adictos pueden entrar a consumir los opioides de su preferencia y dotados de los instrumentos con los que se usan.