Kelly Renee Turner, la mujer acusada de causar la muerte de su hija Olivia Gant, de siete años, al fingir que la niña tenía una enfermedad terminal, se declaró culpable de 3 de los 13 cargos imputados en el estado de Colorado, EE.UU.
La madre, que recaudaba fondos para luchar contra la supuesta enfermedad terminal de su hija, se declaró culpable de robo, fraude y abuso infantil, este lunes 3 de enero, ante la jueza del condado de Douglas, Patricia Herron, informaron medios locales.
Turner, de 43 años, fue detenida en 2019 y acusada originalmente de asesinato en primer grado tras el fallecimiento de Olivia, en agosto de 2017.
Durante la audiencia del lunes, la detenida aceptó el cargo de abuso infantil y de causar la muerte por negligencia de la menor. Más tarde, aceptó también dos cargos por robo.
Una condena por asesinato en primer grado conlleva una sentencia obligatoria de cadena perpetua en el estado de Colorado. Sin embargo, como parte del acuerdo de culpabilidad, los fiscales y Turner acordaron una sentencia de 16 años de prisión por el cargo de abuso infantil, que cumpliría al mismo tiempo que una sentencia de 13 años por los dos cargos de robo, expuso Herron.
La jueza tendrá la opción de aceptar el acuerdo de culpabilidad e imponer la sentencia acordada en la audiencia de sentencia planificada para el 9 de febrero.
La investigación contra Turner comenzó un año después de la muerte de la menor, cuando llevó a su hija mayor a un hospital de Colorado por un «dolor de huesos» y un médico se dio cuenta de que la mujer mentía sobre el historial médico de la niña.
Los fiscales acusaron a Turner de presentar a su hija como enferma durante años, mintiendo sobre sus síntomas y engañando a los médicos del Hospital Infantil de Colorado para someterla a procedimientos innecesarios e incluso potencialmente mortales.