Según Andrea Valcárcel Abud, bióloga graduada de la Universidad Thompson Rivers, en British Columbia, Canadá, el objetivo principal de la plantación de los viveros de corales es la restauración de ecosistemas arrecifales, luego de verse afectados por el cambio climático o acciones antropogénicas como daños causados por anclaje y otros factores.
“Con esta actividad se busca, además, promover la educación ambiental, la importancia de la conservación de estos ecosistemas y las amenazas que los afectan.Igual se dan las herramientas necesarias para entender cómo conservar su estado, tanto en plantaciones como en formaciones naturales, se impulsa la sostenibilidad de estos proyectos de viveros”, explicó la técnico en el Departamento de Conservación de Ecosistemas Marinos del Ministerio de Medio Ambiente.
Los corales son animales marinos, pertenecientes al filo de los cnidarios, que viven en simbiosis con las algas (zooxantelas) y construyen su propio esqueleto de carbonato de calcio en las aguas marinas. Dicho ecosistema es uno de los más diversos del planeta y, a la vez, de los más amenazados.
Las especies de coral son tan diversas que abarcan el 25% de las especies marinas, y cubren el 1% del fondo marino.
Para una buena parte de la gente resultan curiosos o desconocidos los viveros de corales, porque esa tarea se asocia por lo regular a la siembra de semillas de las plantas, para una vez nacen o germinan, trasplantarlas a un criadero u otro lugar.
Sin embargo, los viveros de corales representan una práctica o estrategia de jardinería de arrecifes que ayudan a la conservación y restauración de estos ecosistemas marinos desde los años 90s, y ha venido a contribuir en la preservación de los mismos.
“El ecosistema arrecifal tiene un alto valor biológico por la biodiversidad que alberga, como también provee de diversos servicios ambientales al hombre. Por un lado, sostiene directamente pesquerías de tipo artesanal, y de manera indirecta el exceso de energía que exporta hacia la zona oceánica contribuye a actividades pesqueras de gran altura como es la pesca pelágica. Millones de personas en todo el mundo dependen de los arrecifes para su alimentación, protección y trabajo”, detalló Valcárcel Abud.
La estudiosa del área de Ciencias en Ecología y Medio Ambiente pone en contexto que los corales absorben la energía de las olas y ayudan a reducir la erosión de los bordes costeros, al tiempo de reducir los daños causados por tormentas, huracanes y otros fenómenos.
Para considerar la implementación de un vivero de coral, primero se debe determinar qué tipo de estos se instalarán, ya que los hay in situ (cultivados en estructuras en el mar) o ex situ (cultivados en estructuras fuera del mar).
Los viveros in situ se instalan en zonas protegidas, donde los fragmentos de coral se cultivan hasta alcanzar un tamaño adecuado para ser trasplantados a un arrecife. En la Republica Dominicana, la mayoría de los viveros de coral son in situ.
Medio Ambiente otorga los permisos ambientales y monitorea la práctica de la jardinería de corales a través del Viceministerio de Recursos Costeros y Marinos a nivel nacional. Hay en Sosúa, Punta Cana, La Altagracia y Bayahíbe.