El volcán, ubicado en la isla de La Palma, en el archipiélago de las Canarias, entró en erupción el domingo 19 de septiembre.
Desde entonces, la lava del volcán ha destruido cientos de edificaciones y varios kilómetros de carretera, y ha forzado la evacuación de miles de vecinos de la isla.
En la tarde del viernes, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) informó que aumentó «la explosividad» del volcán, con lo cuál también se intensificó la lluvia de material piroclástico, compuesto de cenizas y rocas de diverso tamaño.
El IGME indicó un «aumento del índice de explosividad del volcán», que se refiere a la cantidad de material expulsado y la altura alcanzada por la columna de humo.
El servicio de bomberos de la vecina isla de Tenerife anunció en Twitter que suspenderían las actividades para evitar riesgos.
Según el IGME, este aumento de la explosividad está asocidado a la aparición de dos nuevas bocas eruptivas, lo que ha obligado la evacuación de cerca de mil vecinos que aún permanecían en tres de las zonas más amenazadas de Tajuya, Tacande de Arriba y Tacande de Abajo, informó la Agencia EFE.