Dominicanos residentes en Haití comienzan a abandonar ese país por la inestabilidad social, económica y política, mientras haitianos que viven aquí de manera irregular no quieren regresar a su tierra, siendo esta la razon de su ausencia en calles y avenidas, para evitar ser arrestados por inspectores de Migración.
Por igual se quejan de la lentitud de las autoridades haitianas para dotarlos de actas de nacimiento y cédulas y así gestionar visas dominicanas para no emigrar ilegalmente.
La dominicana María Josefina Filpo dijo que desde hace dos años trabajaba para una empresa de zonas francas en Pentión Vill, pero hace dos días decidió regresar a Laguna Prieta, su comunidad, en Santiago, por causa de los secuestros, asaltos, crímenes, la inseguridad, falta de combustibles, alimentos y otros males. “Me sentía cómoda porque me pagaban bien, pero mi seguridad está por encima de todo y los secuestros en Haití están a la orden del día; si sales a las calles es con miedo a que te atraquen a plena luz del día”, dijo.
Eso mismo declaró Leonardo Martínez, un mecánico dominicano residente en Cotuí que laboraba en un taller de mecánica del suburbio de Delma, cerca de Puerto Príncipe, quien alega que a pesar de que le iba bien económicamente, decidió hacer un receso y regresar a República Dominicana hasta que la situación mejore en la nación vecina.
Lamentó que las cosas en Haití se han puesto muy difíciles y que no podía estar en medio de un sobresalto”, enfatizó.
“Estudié mecánica automotriz en Infotep y me ofrecieron trabajo en Haití, me quedé porque el trabajo era remunerado, pero regresé al país, voy a buscar trabajo aquí, para eso me preparé”, añadió.
Igualmente, peluqueros y mujeres que trabajan en salones de belleza y barberías de Puerto Príncipe, Cabo Haitiano y otras ciudades de
Haití, explicaron que están retornando, debido a que se ha producido una baja estrepitosa de clientes por la falta de combustibles, energía, los secuestros y la inseguridad.
La mayoría de los centros nocturnos de Puerto Príncipe, Cabo Haitiano, Delma, Pentión Vil, Jacmel, Sn Marcos y otras ciudades turísticas y de atracción económica de Haití, están a punto de hacer lo mismo, debido a la falta de clientes, contó al Listín Diario, una dominicana que trabajaba en uno de esos lugares y que hace 12 días retornó a este país.
Dominicanos que acostumbran a entrar a Haití a realizar trabajos de plomería, electricidad, pintura, ebanistería y de otras manos de obra suplidas principalmente por obreros criollos, se están absteniendo de entrar a la vecina nación, por los secuestros y la inseguridad.
No solo los dominicanos están regresando al país. También los esta haciendo personas poderosas y de clase media, están emigrando a este país, pero con la diferencia de que contrario a como lo hacen los de clase media, estos vienen con documentos. Comerciantes haitianos dicen que, aparte del terror que están infundiendo las bandas armadas a la población, ellos tienen que pagar mucho, cada semana, a los pandilleros, o estos les queman o saquean sus negocios y los secuestran.
La crisis de carburantes se agrava en Haití y ayer se formaron largos taponamientos en el puente binacional que separa a Dajabón de ouanaminthe, debido a que conductores, comerciantes y haitianos comunes, desesperados, cruzan a este lado, tratando de suplirse de gasolina y gasoil.
Algunos tanqueros han sido desviados por los bandoleros, quienes venden el producto en el mercado negro, agravando aún más la crisis.